domingo, 11 de febrero de 2007

El arte de "Bloggear"

Para abrir: una reflexión sobre el arte de "bloggear"

Empiezo ahora un nuevo blog. He tenido varios que se quedaron con una o dos entradas, como mucho. Otro más que sí ha "visto" y "sido parte" de 5 ó 6 meses de mi vida, la de mi país y la del mundo a veces. Pero ahora ese blog tendrá que mudarse. Ahora me mudo yo, aunque sea virtualmente.

Se ha escrito en repetidas ocasiones acerca de la afición por el grueso de cibernautas por tener un espacio en el que le cuenten al mundo -literalmente, al mundo- sus andanzas y malandanzas, las aventuras que no siempre la rutina diaria deja ver. Porque vivir es una aventura, y también lo es el escribir. Puede decirse que escribir es una forma de vivir dos veces, porque una cosa es lo que realmente te pasa, lo que sentis, lo que pensas, lo que crees y queres y otra es la forma en que lo contas. Y qué porción de todo ese mundo interior contas.

Mi hermano dice que tener un blog es como un exhibicionismo disfrazado, es una forma de buscar -y enfrentar- la atención que no sos capaz de manejar en la vida real. Indica una insatisfacción. Yo no estoy de acuerdo, al menos no totalmente. Vargas Llosa, por ejemplo, dice que uno busca escribir como una forma de expresar la insatisfacción que el mundo real nos inspira, y hasta cierto punto es cierto. Digo hasta cierto punto porque hay una diferencia fundamental entre el arte de "bloggear" y el escribir ficción: con la ficción uno inventa una realidad totalmente distinta, la vuelve a hacer; en cambio, el blog sirve para reinventar el modo en que ves tu propia vida, es aportar una mirada distinta y sacarle más jugo a eso que llamamos cotidianidad.

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